Duro reclamo contra la SAT: "No somos perros, somos personas"
Familias de los barrios La Milagrosa y San Antonio denuncian una grave situación sanitaria por líquidos cloacales que inundan calles y patios.
Una vez más, los reclamos vecinales toman protagonismo ante la falta de respuesta estatal. En los barrios La Milagrosa y San Antonio, en La Banda del Río Salí, decenas de familias conviven con aguas servidas que brotan de cloacas desbordadas. Sonia, una de las vecinas afectadas, relató la desesperante situación: "No se puede comer ni tomar mate por el olor. El agua brota hacia arriba y vivimos con nauseas todos los días".
Con adultos mayores, personas con discapacidad y niños pequeños en el barrio, el panorama es crítico.
"Mi papá tiene 83 años y está respirando eso todos los días. Tengo hijos con necesidades especiales, no podemos vivir así", afirmó con angustia.
Reclamos ignorados: promesas que no se cumplen
Los vecinos aseguran que hicieron múltiples reclamos tanto al municipio como a la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), pero las soluciones nunca llegaron.
"Nos prometieron arreglarlo el jueves pasado, pero hoy ya es miércoles y no apareció nadie. No dan señales de vida", denunció Sonia.
Además, hay dudas sobre la legalidad de las obras cloacales en la zona. Algunos funcionarios habrían afirmado que el sistema es "trucho" y, por eso, no tienen la obligación de intervenir. Sin embargo, los vecinos exigen respuestas: "Seamos o no contribuyentes, seguimos siendo seres humanos. No merecemos vivir entre la mierda", dijeron sin rodeos.
Calles intransitables, niños expuestos y riesgo de enfermedades
El agua contaminada recorre varias cuadras, entra en patios y hasta en los hogares. Las calles están llenas de barro podrido, lo que vuelve imposible transitar, especialmente para personas en silla de ruedas o con movilidad reducida.
"Me he caído varias veces. Mis amigas que vienen en silla de ruedas no pueden entrar porque está todo embarrado, no barro... eso es mierda", expresó una vecina con total crudeza.
La situación ya generó problemas de salud: infecciones, enfermedades respiratorias y temores ante un posible brote de dengue por el agua estancada. Una vecina con neumonía contó que no puede abrir las ventanas por el olor ni respirar con tranquilidad: "En verano no sé qué va a pasar, esto va a ser un foco infeccioso terrible".
Una infraestructura mal diseñada y barrios olvidados
Más allá de la urgencia sanitaria, el origen del problema parece ser estructural. Según los vecinos, las cloacas fueron mal instaladas.
"El caño va contra la pendiente. Nunca iba a funcionar. Ya desde el inicio la obra estuvo mal hecha", explicó uno de los hombres del barrio.
El reclamo también apunta a la falta de pavimentación. Aseguran que sus calles figuran como asfaltadas en los registros municipales, pero la realidad dista mucho de eso. "Nunca vinieron a poner ni adoquines. Esta cuadra está completamente olvidada", dijeron.
Indignación vecinal: "Queremos que el intendente venga a tomar un mate acá"
Sonia y sus vecinos piden que el intedente de la Banda del Río Salí, Gonzalo Montero se acerque a ver la situación con sus propios ojos.
"Que venga y se siente a tomar un mate con nosotros a ver si lo aguanta. No somos perros, somos personas", dijo.
Mientras tanto, la vida cotidiana sigue entre malos olores, calles inundadas y promesas incumplidas. En pleno 2025, casi 80 familias viven rodeadas de líquidos cloacales, esperando una solución urgente que no llega.