Priscila denunció que fue secuestrada durante dos años por su ex pareja, Salvador Zubirán Rabay, quien además habría ejercido violencia física, psicológica y sexual contra ella. El caso generó conmoción en su ciudad natal, Campana, y su familia exige intervención urgente de la justicia mexicana.

"Temo por mi vida y la de mi hijo", declaró Priscila, quien aún no puede salir del país debido a cuestiones legales relacionadas con su pequeño hijo, fruto de la relación con el agresor.

La denuncia tomó impulso: "La fiscalía empezó a moverse"

En diálogo con C5N, Ludmila Sand, hermana de la víctima, contó que tras la exposición mediática, la fiscalía mexicana comenzó a avanzar en la causa: "Empezaron a revisar las denuncias de otras 12 mujeres contra él. El embajador de México que vive en Campana también está al tanto y está revisando todo".

Sin embargo, aún no hay definiciones claras sobre la posibilidad de que Priscila regrese a la Argentina. El principal obstáculo es su hijo: no puede sacarlo del país sin una autorización judicial, y mientras tanto, su agresor sigue libre.

"No hay justicia ni protección": la crítica de la familia

Ludmila también fue contundente al denunciar el abandono institucional: "No hay justicia mexicana ni dispositivos de seguridad que la cuiden. Priscila tuvo que pagar para que su carpeta judicial se destrabe. Esto es inhumano".

Desde la Embajada Argentina recomendaron que Priscila permanezca en México, ya que salir del país podría impedirle continuar con el proceso legal. "Ella podrá irse, pero el bebé tiene que quedarse hasta que un juez lo autorice", explicaron.

Mientras tanto, su familia vive con miedo y desesperación. "Le pido que se cuide. Tengo miedo por su vida y la del bebé. Necesitamos que lo metan preso y que le den la tenencia a Priscila", insistió Ludmila.