El caso de abuso sexual cometido por el sacerdote Daniel Armando Martín Bustamante ha conmocionado a la comunidad de Lomas de Zamora. La Justicia lo halló culpable de abusar sexualmente de una joven en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, ubicada en la mencionada localidad bonaerense. El Tribunal Oral en lo Criminal 4 dictó una sentencia de nueve años y seis meses de prisión para Bustamante, quien se encuentra detenido desde marzo de 2024.

Abusos cometidos en el contexto de violencia de género

La acusación contra Bustamante fue seria: abuso sexual agravado con acceso carnal y abuso gravemente ultrajante, todo en el contexto de violencia de género y abusando de su rol como ministro de un culto. La fiscalía, encabezada por Hugo Carrión, había solicitado una pena de 18 años y la inhabilitación de por vida para ejercer en el ámbito religioso. Sin embargo, la defensa del sacerdote pidió su absolución.

La sentencia definitiva condenó a Bustamante por una serie de abusos ocurridos dentro de la parroquia de Lomas de Zamora, lo que ha dejado a la comunidad religiosa y a los fieles profundamente afectados.

La Iglesia de Lomas de Zamora toma medidas tras la detención

El Obispado de Lomas de Zamora actuó rápidamente tras la denuncia. En marzo de 2024, suspendió a Bustamante de sus funciones como administrador parroquial y le prohibió realizar cualquier tarea eclesiástica. Esta medida fue tomada por el obispo monseñor Jorge Lugones, quien aseguró que la Iglesia mantiene su compromiso de rechazar cualquier acto que atente contra la dignidad de las personas, especialmente contra menores y adultos vulnerables.

Antes de su detención, Bustamante había sido designado párroco de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes, en la localidad de Claypole. Sin embargo, el obispo retrasó su nombramiento al conocer las denuncias en su contra. Además, el colectivo Madres Protectoras Conurbano intervino en el caso, contactando al Obispado y acompañando a la víctima a lo largo del proceso.

Este caso pone nuevamente en evidencia los esfuerzos de la Iglesia por prevenir y erradicar el abuso dentro de sus filas, aunque los hechos ocurridos siguen siendo un golpe doloroso para la comunidad.