Baglietto y Vitale emocionaron en Tucumán: histórico reencuentro con la Orquesta Juvenil de la UNT
Después de 25 años, Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale volvieron a tocar junto a la Orquesta Juvenil de la UNT en un megaconcierto solidario que reunió a miles de personas en Yerba Buena.
Tucumán vivió una velada inolvidable con el regreso de una dupla clave de la música argentina. En el Parque Universitario Julio Prebisch, en Yerba Buena, Baglietto y Vitale retomaron una sociedad artística que marcó época, esta vez acompañados por la Orquesta Juvenil de la Universidad Nacional de Tucumán. Más de 2.000 personas ocuparon las sillas dispuestas frente al escenario y muchas más se sumaron desde el césped, en un clima cargado de emoción y memoria colectiva.
El concierto, reprogramado por cuestiones climáticas, se transformó rápidamente en un ritual compartido entre generaciones.
Música y solidaridad, el eje del megaconcierto
El show formó parte del Megaconcierto Solidario de Navidad y tuvo un fuerte espíritu comunitario. La entrada fue libre, con la consigna de colaborar con alimentos no perecederos destinados a Cáritas y la Fundación León. Mientras sonaban las canciones, voluntarios recolectaban las donaciones, reforzando la idea de que la música también puede ser un puente para ayudar.
Un recorrido por la música popular argentina
El viaje musical arrancó con la orquesta invitada Rolando "Chivo" Valladares, dirigida por Rony López. Luego llegó el momento más esperado: Baglietto y Vitale en escena. El repertorio cruzó géneros y épocas, con clásicos del rock nacional como Canción de Alicia en el País y Jugo de tomate frío, pasajes de raíz folklórica como Piedra y camino y un bloque de tangos que incluyó Renaceré y Naranjo en flor.
Cada tema fue recibido con aplausos largos y una atención absoluta del público.
Emoción, recuerdos y un cierre de lujo
Uno de los momentos más íntimos llegó cuando Baglietto reflexionó sobre el tango y la herencia musical familiar antes de interpretar Nada, despertando una ovación generalizada. El cierre, con El témpano y Las cosas tienen movimiento, encontró a la Orquesta Juvenil de la UNT luciéndose bajo la dirección del maestro Gustavo Guersman, con arreglos de Vitale.