Aguinaldo 2025: cómo ganarle a la inflación, aprovechar el dólar calmo y llegar mejor a las vacaciones
Con billeteras que rinden a diario, un plazo fijo menos atractivo y un dólar estable, especialistas recomiendan dividir el medio aguinaldo para no perder poder adquisitivo y mantener flexibilidad en diciembre.
El cobro del medio aguinaldo de diciembre vuelve a encender una pregunta clave para miles de trabajadores argentinos: qué hacer con esos pesos para que no se licúen con la inflación y, al mismo tiempo, sirvan para afrontar los gastos de fin de año y las vacaciones.
En el contexto actual, dejar el dinero quieto en la cuenta sueldo aparece como la peor alternativa. Con inflación aún presente, consumo estacional en alza y un mercado financiero más competitivo, el ahorrista promedio tiene hoy herramientas simples para ordenar su estrategia sin necesidad de ser experto.
La clave, según coinciden analistas, está en dividir el aguinaldo según plazos y objetivos, combinando liquidez, resguardo de valor y un margen flexible para imprevistos. No es un mes para apostar todo a largo plazo ni para dolarizar el 100% del ingreso.
Hacer rendir los pesos sin perder liquidez
La primera decisión pasa por mantener una parte del dinero disponible, pero generando rendimiento. En el caso de un medio aguinaldo de $500.000, muchos especialistas sugieren destinar alrededor de $250.000 a billeteras virtuales o cuentas remuneradas que pagan intereses diarios.
Este tipo de instrumentos permite que el dinero empiece a rendir desde el primer día y pueda retirarse en cualquier momento, algo clave en diciembre, cuando los gastos aparecen sin aviso. Cada jornada en la que esos pesos generan interés ayuda a amortiguar el impacto inflacionario.
A diferencia del plazo fijo, no hay penalidades por retirar fondos ni plazos rígidos. Además, ofrece una ventaja adicional: reduce la ansiedad financiera, ya que el dinero está disponible para cualquier necesidad inmediata.
En la práctica, este tramo del aguinaldo cumple una doble función: financia gastos corrientes y protege el poder de compra, sin asumir riesgos ni compromisos a largo plazo.
Comprar dólares en un escenario de calma cambiaria
El segundo movimiento apunta al ahorro y resguardo de valor. Sobre el ejemplo de $500.000, destinar unos $150.000 al dólar financiero aparece como una estrategia razonable para pensar más allá de diciembre.
Si bien el dólar no genera intereses, sigue siendo el activo que aporta previsibilidad. La estabilidad cambiaria relativa de las últimas semanas reactivó el interés por dolarizar antes del verano, un período que históricamente suele traer mayor presión sobre el tipo de cambio.
Comprar dólares cuando el mercado está tranquilo suele resultar más eficiente que hacerlo en momentos de tensión. Este dinero no está pensado para el gasto inmediato, sino como respaldo para vacaciones, viajes o cualquier sobresalto económico.
Así, mientras los pesos rinden a corto plazo, el dólar cumple el rol de ancla para el mediano plazo, equilibrando la estrategia general y reduciendo riesgos.
El margen flexible para no cometer errores
El resto del aguinaldo, unos $100.000, funciona como tramo flexible. Es la porción que permite adaptarse a lo que vaya ocurriendo en las próximas semanas sin romper el esquema general.
Para perfiles conservadores, actúa como un colchón adicional de liquidez. Para otros, puede servir para probar instrumentos simples sin arriesgar un monto crítico. Lo importante es no comprometer todo el aguinaldo de una sola vez, uno de los errores más comunes de diciembre.
Este margen aporta tranquilidad y permite tomar decisiones más racionales si el contexto cambia, algo especialmente valioso en un mes cargado de gastos, compromisos y movimientos inesperados.
Por qué el plazo fijo perdió protagonismo este diciembre
El plazo fijo tradicional quedó relegado frente a opciones más dinámicas. Con tasas que no marcan una diferencia clara y la obligación de inmovilizar el dinero durante 30 días, hoy solo resulta atractivo en situaciones muy puntuales.
Para quien tiene la certeza absoluta de que no necesitará el dinero hasta enero, puede ser una alternativa. Pero en diciembre esa seguridad rara vez existe. La rigidez juega en contra frente a gastos imprevistos y consumo estacional elevado.
Por eso, en el escenario actual, el plazo fijo dejó de ser el protagonista del aguinaldo. No desapareció, pero pasó a ocupar un rol secundario, desplazado por instrumentos más flexibles y mejor adaptados al ritmo real del bolsillo argentino.