Un comisario pampeano usó a presos como mozos y parrilleros en su casamiento
Ocurrió en Lonquimay: los detenidos caminaron sin custodia al salón, hicieron el asado, sirvieron la comida y volvieron a sus celdas. El oficial enfrentó un juicio por incumplimiento de deberes.
Cristian Martín Galván, jefe de la subcomisaría de Lonquimay, en La Pampa, decidió ahorrar costos en su casamiento con una medida insólita: ordenó a seis presos que prepararan el asado, sirvieran a los invitados y limpiaran el salón. El festejo fue en un bar ubicado a una cuadra de la dependencia policial, y los detenidos, sin esposas ni custodia, caminaron hasta el lugar y regresaron por su cuenta.
El hecho ocurrió el 31 de mayo de 2024, pero recién esta semana el comisario se sentó en el banquillo de los acusados, acusado de liberar detenidos sin autorización judicial, una clara violación de sus funciones como servidor público.
Juicio, testimonios y llanto en la sala
Durante el juicio oral en Santa Rosa, varios de los presos declararon entre lágrimas que participaron de la fiesta. Uno de ellos confesó que fue el encargado del asado de cordero, otro admitió haber hecho varios viajes con leña y un tercero dijo que sirvió torta y bebidas a los invitados.
Uno de los testimonios más sorprendentes vino de un detenido que aseguró ser estudiante de veterinaria y que, además de servir en el casamiento, atendía al perro y al caballo del comisario.
Pese a la gravedad del caso, muchos en el pueblo se lo tomaron con humor y hasta destacaron que los detenidos "se portaron bien".
El veredicto se conocerá en julio
El fiscal pidió un año y tres meses de prisión condicional y más de dos años de inhabilitación para cargos públicos. Por su parte, la defensa de Galván solicitó la absolución total al considerar que no hay pruebas suficientes.
La sentencia se dará a conocer el 28 de julio, pero el caso ya quedó grabado como uno de los más bizarros del sistema penal argentino.