El nuevo decreto aprobado por la Cámara de Diputados italiana, y que ya había sido avalado por el Senado, introduce modificaciones sustanciales en el acceso a la ciudadanía italiana por descendencia. A partir de ahora, únicamente los hijos y nietos de italianos nacidos en Italia podrán iniciar el trámite. Esta medida excluye a bisnietos, tataranietos y demás descendientes, salvo contadas excepciones.

La normativa busca reducir la saturación en los consulados, donde los trámites pueden demorar más de 10 años. Solo en 2023, más de 20.000 argentinos obtuvieron la ciudadanía italiana, y en 2024 esa cifra ya ronda los 30.000.

Qué pasa con los trámites iniciados y otras vías posibles

El decreto establece un período de transición: todas las solicitudes presentadas antes del 27 de marzo de 2025 se regirán por la normativa anterior. Además, habrá tiempo hasta el 31 de mayo de 2026 para inscribir a menores nacidos antes de esa fecha. Los nacidos luego tendrán un año desde el nacimiento para ser inscriptos.

En cuanto a los cónyuges, no habrá cambios. Las personas casadas con ciudadanos italianos podrán seguir solicitando la ciudadanía: dos años de matrimonio para quienes residen en Italia y tres para los que viven en el extranjero (tiempo que se reduce a la mitad si hay hijos en común).

Para los bisnietos y generaciones posteriores, la única opción viable será la vía judicial, argumentando la inconstitucionalidad del nuevo decreto por discriminación. Sin embargo, esta alternativa aún no tiene plazos ni costos definidos.

Recomendaciones para familias argentinas

Expertos recomiendan que quienes ya cuentan con la ciudadanía italiana inscriban cuanto antes a sus hijos menores y actualicen su estado civil en el registro correspondiente. También advierten que si una pareja espera un hijo, debe preparar la documentación con anticipación para no quedar fuera de los plazos que impondrá la nueva legislación.