"La noche del abuso me quitaron todo": el estremecedor relato de la denunciante de los exjugadores de Vélez
La joven que denunció a cuatro futbolistas por violación grupal habló en exclusiva con la periodista Carolina Fernández y expuso el impacto físico, psicológico y judicial que atraviesa desde aquella noche.
El 3 de marzo de 2024 marcó un antes y un después en la vida de Luli. Volvió a su casa con marcas en el cuerpo, sangre en la ropa, mareos y una sensación que no lograba explicar. Con el correr de las horas, los recuerdos comenzaron a aparecer de manera fragmentada, pero contundente: había sido abusada sexualmente.
En una entrevista exclusiva con la periodista Carolina Fernández, la joven relató con crudeza lo ocurrido y el calvario que, asegura, continúa atravesando en el plano judicial, mediático y personal.
"Me violaron. Me drogaron e hicieron con mi cuerpo lo que quisieron", afirmó. Según su testimonio, todo comenzó con un contacto previo por Instagram con Sebastián Sosa, exarquero de Vélez, quien la invitó a un hotel. Al llegar, él no estaba solo: había otros tres jugadores.
"Perdí el control de mi cuerpo y no tenía voz"
Luli contó que, tras consumir pocas bebidas, comenzó a perder el conocimiento y el control de su cuerpo. "Quedé dormida por momentos, sentía frío, mareos, vergüenza. Mientras dos me abusaban, miraba la otra cama como pidiendo ayuda", relató.
Identificó entre los acusados a José Florentín, Abiel Osorio y Brian Cufré, además de Sosa. Aseguró que no tenía fuerzas para defenderse y que apenas podía decir que no. "Me sentía como un objeto. El abuso continuaba y yo no tenía voz", describió.
Al retirarse del hotel, su estado físico empeoró. Al día siguiente comenzó a sangrar y una profunda angustia se apoderó de ella. "Algo dentro mío me decía que lo que había pasado no estaba bien", explicó. Cuando intentó pedir explicaciones, recibió respuestas que calificó de perversas y contradictorias con los testimonios posteriores de los acusados.
Revictimización, exposición y un sistema que no protege
Desde entonces, Luli asegura haber atravesado un proceso de revictimización constante. Decidió preservar su identidad, especialmente por el contexto social de Tucumán, donde -según remarca- persisten fuertes prejuicios hacia las víctimas de abuso sexual.
"Me sacaron mi profesión, mis proyectos, mi sueño de formar una familia. Me llenaron de culpa", expresó. Denunció que no solo fue abusada por los jugadores, sino también por ciertos medios y por el propio sistema judicial. "El principal abusador es la Justicia", sentenció.
La joven contó que, pese a pedir resguardo, un medio publicó su nombre completo, violando normas básicas de tratamiento periodístico en casos de violencia sexual. Esa exposición profundizó su angustia y derivó en episodios de pánico, aislamiento y dos intentos de suicidio.
Los acusados, en libertad; la denunciante, sin poder rehacer su vida
Los futbolistas denunciados fueron detenidos con prisión preventiva, que luego se transformó en arresto domiciliario. Con el avance del proceso y cambios en el juzgado, recuperaron la libertad y retomaron sus actividades profesionales.
Luli, en cambio, no volvió a trabajar como periodista deportiva, perdió vínculos personales y asegura que su vida afectiva quedó completamente dañada. "Ellos están libres y yo presa", resumió.
La causa aún no fue elevada a juicio. Mientras tanto, la denunciante denuncia desigualdad de trato, demoras injustificadas y una investigación que, según afirma, se centró más en ella que en los acusados.
"La noche del abuso me quitaron todo. Y la Justicia tucumana se encargó de quitarme todavía más", concluyó. Su testimonio vuelve a poner en el centro del debate el rol del sistema judicial, el tratamiento mediático y la protección real de las víctimas de violencia sexual.