El Gobierno definió como uno de sus objetivos centrales para 2026 lograr una baja sostenida del riesgo país y volver a los mercados internacionales de crédito. En ese marco, Luis "Toto" Caputo aseguró que la estrategia será distinta a la de otros ciclos: menos dependencia de Wall Street y un uso mucho más prudente de la deuda externa.

Durante 2025, el riesgo país rozó en dos oportunidades los 550 puntos básicos, un piso que hasta ahora resultó difícil de perforar. La apuesta oficial es que, con señales de orden fiscal y sin apuro por endeudarse, ese indicador pueda iniciar una nueva etapa de descenso.

Menos emisión afuera y más mercado local

Caputo plantea una lógica inversa a la aplicada durante su paso por el Ministerio de Finanzas en la gestión de Mauricio Macri, cuando la emisión de bonos en el exterior fue intensa. Aquella estrategia terminó perdiendo fuerza en 2018, con el cierre del financiamiento y una crisis cambiaria que marcó el rumbo político posterior.

Ahora, la eventual salida a los mercados internacionales sería limitada y solo para refinanciar vencimientos de 2026 y 2027. El mensaje es claro: evitar que los inversores perciban una avalancha de bonos argentinos, algo que podría presionar a la baja los precios y empujar las tasas al alza.

El objetivo de perforar los 500 puntos

Para que la Argentina vuelva a financiarse en dólares a tasas cercanas al 8% anual, el riesgo país necesita ubicarse por debajo de los 500 puntos básicos. En el equipo económico confían en que, tras el pago de enero y una mayor consolidación política del oficialismo, el indicador que elabora JP Morgan pueda converger hacia la zona de los 400 puntos durante el primer trimestre de 2026.

No es una meta sencilla, pero en Economía consideran que es alcanzable si se mantiene la disciplina fiscal y se evitan señales de urgencia financiera.

El pago de enero y las fuentes de financiamiento

Caputo también buscó llevar tranquilidad al asegurar que no será necesario salir de urgencia a los mercados internacionales para afrontar el vencimiento del 9 de enero, por unos USD 4.200 millones. El Tesoro ya reunió alrededor de USD 2.500 millones y sumó otros USD 910 millones con una colocación del Bonar 29 en el mercado local.

Además, el Gobierno viene comprando dólares en el mercado oficial para completar el monto. Como respaldo adicional, el ministro confirmó que existen ofertas de bancos internacionales por hasta USD 7.000 millones, aunque aclaró que esa alternativa se usaría solo como último recurso.

Capitales locales y contexto internacional favorable

A mediano plazo, la estrategia incluye fortalecer el mercado de capitales argentino. Entre las herramientas aparece el Fondo de Asistencia Laboral previsto en la reforma laboral, que se financiará con aportes patronales y funcionará como un nuevo actor institucional.

También se apunta a canalizar parte de los dólares que los argentinos mantienen fuera del sistema hacia la compra de títulos públicos. A eso se suma un escenario externo más favorable: la Reserva Federal volvió a bajar las tasas en Estados Unidos, lo que mejora el atractivo de la deuda emergente y abre una ventana de oportunidad para la Argentina.