"Basta de violencia contra las mujeres": la dura defensa de La Bancaria a una de sus afiliadas
La asociación denunció al exesposo de una agremiada, un conocido empresario del norte argentino, acusándolo de ejercer violencia física, sexual y psicológica.
La Bancaria de Tucumán emitió un comunicado en solidaridad con una de sus agremiadas, quien está involucrada en un proceso judicial contra su exesposo, un prominente empresario del norte argentino.
La asociación expresó su firme defensa y condena hacia la violencia de género, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Desde el gremio cargaron duramente contra el agresor de su agremiada, quien, aseguran, hace uso y abuso de su poder económico, además de ejercer violencia física, sexual y psicológica contra su defendida. "No es hombre, es solo un cobarde con plata", sentenciaron. Al tiempo que aclararon que sus dichos se encuentran avalados por pruebas presentadas al ámbito penal de la Justicia provincial.
"Eliana viene padeciendo silenciosamente por el miedo perpetrado por parte de su agresor y de sus influencias, quien se adjudica en su locura ser el dueño económico de todos los argentinos", agregan en el comunicado.
Por último, instan a sus agremiados y a la sociedad en general a desterrar todo tipo de actitudes y accionar que pueda incurrir en violencia en contra de las mujeres. "La violencia contra las mujeres es una violación grave de los derechos humanos".
El caso
En septiembre de 2020, plena pandemia, Eliana Almirón contrajo matrimonio con el empresario en cuestión. Un reconocido industrial del limón, dueño de una de las firmas que lidera las exportaciones de la fruta a nivel nacional. También con participación en la industria azucarera y vínculos empresariales con una de las marcas de gaseosa más conocidas del planeta.
Con el correr de los años, la situación cambió drásticamente y, tras una serie de hechos violentos, Almirón decidió denunciar a su esposo por agresiones que abarcan desde insultos hasta abusos físicos, atravesando también aspectos psicológicos. Fue entonces que la jueza de Familia, Valeria Brand, tomó medidas de manera cautelar, imponiendo una orden de alejamiento que prohíbe al agresor a acercarse al barrio privado donde vivía con su esposa.
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