Así será la tumba del papa Francisco: una despedida marcada por la humildad y la devoción mariana
El papa Francisco será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, cumpliendo su deseo de un entierro austero y profundamente simbólico. El pontífice, fallecido el lunes a los 88 años, dejó por escrito en su testamento cómo debía ser su despedida, reflejando el estilo sencillo que lo caracterizó a lo largo de su pontificado.
La sepultura estará marcada por una losa de mármol con la inscripción "FRANCISCUS" y una reproducción en plata de su cruz pectoral. Se ubicará entre dos capillas emblemáticas de la basílica, lugar que Francisco eligió por su fuerte vínculo con la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, a la que visitaba antes y después de cada viaje apostólico.
El entierro rompe con tradiciones del Vaticano: Francisco pidió un ataúd de madera y zinc, dejando de lado el clásico triple ataúd de ciprés, plomo y roble. Dentro se colocaron objetos simbólicos como un rosario, monedas conmemorativas de su papado y un compendio de sus principales encíclicas.
Un funeral austero y un legado imborrable
El papa pidió que los gastos de sus exequias fueran cubiertos por una donación previamente asignada y gestionada por el comisario extraordinario del Capítulo Liberiano, Rolandas Makrickas. En estos días, miles de fieles han acudido a despedirse, en ceremonias marcadas por la sobriedad.
El entierro se realizará después de una procesión desde la Plaza de San Pedro hasta la Basílica de Santa María la Mayor, donde el féretro será escoltado por líderes internacionales, como Donald Trump y el rey Felipe VI de España. La tumba estará abierta al público a partir del 27 de abril.
Francisco deja un legado de cercanía con los más humildes y un testimonio espiritual que ahora queda sellado en el mármol de una tumba tan simple como profunda.