Un acuerdo desigual: fuertes críticas al pacto comercial entre Argentina y Estados Unidos
Una declaración conjunta presentada por la Casa Blanca encendió las alarmas en el ámbito económico y político local. Especialistas advierten que el marco del acuerdo coloca a Argentina en una posición de extrema vulnerabilidad y sin beneficios equivalentes.
Un marco "recíproco" que sólo exige concesiones a la Argentina
Una declaración bilateral titulada "Joint Statement on Framework for a United States-Argentina Agreement on Reciprocal Trade and Investment" fue difundida por la Casa Blanca y presentada como el inicio de un acuerdo comercial "recíproco". Sin embargo, expertos señalan que el documento muestra un marcado desequilibrio, ya que Estados Unidos no detalla qué concesiones otorgaría, mientras la Argentina asume compromisos en prácticamente todos los frentes.
Propiedad intelectual, barreras arancelarias y no arancelarias, apertura agrícola, regulaciones laborales y eliminación de "distorsiones" en empresas públicas son algunas de las áreas donde nuestro país debería ceder, según el texto difundido. En cambio, no figura ninguna contraparte explícita desde Washington.
Desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) subrayaron que el marco del acuerdo es estrictamente unilateral y afecta directamente la estructura productiva nacional.
Sin estudios ni evaluaciones de impacto sectorial
Otro punto crítico es la ausencia de análisis previos. El marco se habría elaborado sin estudios sectoriales, consultas técnicas ni evaluaciones de impacto, pese a que ambos países compiten en sectores clave, en especial el agropecuario.
La apertura de bienes industriales -como medicamentos, automóviles y bienes de capital- podría generar efectos negativos inmediatos en la industria local debido a la diferencia de productividad.
El documento, además, reproduce casi textualmente acuerdos firmados con países de estructura económica mucho más pequeña y sin desarrollo industrial, como El Salvador, Ecuador y Guatemala, lo que refuerza la advertencia de que no se tuvo en cuenta la realidad productiva argentina.
Cesión de soberanía y reglas extranjeras dentro del país
Uno de los aspectos más controvertidos es el alcance regulatorio del acuerdo. Según el texto, Argentina aceptaría los certificados de la FDA estadounidense como válidos para productos farmacéuticos y médicos dentro del territorio nacional, lo que implica que normas y controles de otro país regirían en el comercio interno.
Esto supone una pérdida de soberanía económica, sanitaria, jurídica y comercial sin precedentes, advirtieron analistas. Además, el acuerdo incluye referencias a "economías no mercantiles", expresión que suele usarse en foros internacionales para marginar a China, lo que dejaría a la Argentina alineada con la estrategia de guerra comercial de Estados Unidos.
El ingreso de productos estadounidenses se vería facilitado, mientras que se restringiría el intercambio con otros mercados clave para el desarrollo nacional.
Implicancias constitucionales y falta de intervención del Congreso
El futuro acuerdo también presenta implicancias institucionales graves. El documento abarca áreas que, según la Constitución Nacional, son facultad exclusiva del Congreso argentino: política aduanera, comercio exterior y aprobación de tratados internacionales.
El artículo 124, además, ubica a las provincias como titulares dominiales de los recursos naturales, un área que también podría verse afectada.
Cualquier compromiso internacional que limite la capacidad legislativa futura del Congreso constituye un avance sobre sus atribuciones, alertaron especialistas en derecho constitucional.
Por esta razón, distintos sectores exigen que el Poder Ejecutivo informe con urgencia los detalles del marco acordado y explique la necesidad, alcance y beneficios -si los hubiera- de avanzar en un esquema tan amplio de concesiones.
Conclusión: un acuerdo que despierta más dudas que certezas
El marco del acuerdo comercial con Estados Unidos plantea riesgos profundos para la economía, la industria y la institucionalidad argentina. La falta de reciprocidad, la ausencia de estudios técnicos, la posible pérdida de soberanía regulatoria y la omisión del Congreso dejan abierta una discusión que promete escalar en los próximos días.