La primera ola de frío polar del año llevó a un aumento significativo en el consumo de energía en Argentina, lo que ha obligado a algunas distribuidoras de gas natural a interrumpir el suministro de gas natural comprimido (GNC) en más de un centenar de estaciones de servicio. Esta medida busca garantizar el suministro prioritario a los usuarios residenciales, cuya demanda experimentó un aumento del 100%.

El corte del suministro también afecta a provincias como Neuquén, Río Negro, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y La Pampa. 

Además, algunas industrias y grandes usuarios también han sufrido cortes totales o parciales.

La decisión de interrumpir el suministro se debe a que los usuarios con contratos de "servicio interrumpible", más económicos pero susceptibles a cortes, vieron aumentada su demanda antes de lo programado por las empresas distribuidoras. La continuidad en las bajas temperaturas podría extender esta situación por algunos días, según fuentes oficiales.

La falta de abastecimiento local, debido a la incompleta infraestructura de transporte de gas desde Vaca Muerta, se suma a la política de subsidios del Gobierno, que busca mantener el superávit fiscal y el ahorro de dólares del Banco Central. Las distribuidoras señalan que los estacioneros prefieren contratar "servicio interrumpible" para comprar más barato el gas, mientras que estos se defienden argumentando que no pueden adquirir el fluido al triple del precio que se vende en el surtidor.

Ante esta situación, la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha) alertó sobre las restricciones operativas ordenadas por algunas distribuidoras y ha pedido una urgente solución al problema, asumiendo que la coyuntura es en gran parte heredada. La posibilidad de que esta situación se extienda a otras distribuidoras y centros urbanos del país es una preocupación adicional.