La noche del 19 de septiembre, Lara, Morena y Brenda fueron vistas por última vez cuando subieron a una Chevrolet Tracker blanca en Ciudad Evita. Les habían prometido 300 dólares por asistir a una fiesta, pero el ofrecimiento fue una trampa.

Horas después, las tres jóvenes fueron retenidas, torturadas y asesinadas en una vivienda de la calle Chañar 702, en Villa Vatteone, Florencio Varela.

El fiscal Adrián Arribas calificó el hecho como un crimen "salvaje e inhumano" y pidió que el expediente pase al fuero federal, al considerar que se trató de una venganza narco vinculada al robo de droga o dinero.

Hasta el momento, hay once detenidos, cuatro de ellos de nacionalidad peruana, además de tres prófugos con pedido de captura internacional y un sospechoso sin identificar.

La casa del horror y las primeras detenciones

El rastro de los teléfonos celulares llevó a los investigadores hasta una vivienda de Florencio Varela, donde el 23 de septiembre hallaron los cuerpos de las tres jóvenes enterrados en un pozo del patio. La escena reveló la extrema violencia del hecho.

Ese mismo día fueron detenidos Magalí González Guerrero (28) y Miguel Villanueva Silva (25), dueños de la casa, junto a otras dos personas que habrían intentado limpiar el lugar antes de la llegada de la policía.

Las autopsias confirmaron que las víctimas fueron torturadas antes de morir, un dato que reforzó la hipótesis de que se trató de un mensaje mafioso dentro de una red narco.

Detenciones internacionales y una organización trasnacional

Con el correr de los días, la investigación reveló la existencia de una organización criminal de origen peruano detrás del triple crimen.

Entre los principales sospechosos se encuentra Tony Janzen Valverde Victoriano (20), alias "Pequeño J", detenido en Perú junto a Matías Agustín Ozorio (28). Ambos fueron señalados como los ejecutores del crimen.

La Procunar y la UFEM colaboran en la causa, que también apunta a Joseph Freyser Cubas Zavaleta (31), alias "Jota", sindicado como autor intelectual y presunto líder de la banda Los Pulpos, con base en Trujillo, Perú.

Otros implicados, como Víctor Sotacuro Lázaro y David Morales Huamani, alias "El loco David", fueron identificados como partícipes del traslado y encubrimiento.

Una causa que sigue abierta

La Justicia federal de Morón deberá definir si asume la investigación, mientras la Bonaerense continúa tras los prófugos y busca confirmar la identidad de un hombre canoso armado, visto por testigos la noche del crimen.

A medio centenar de días del hecho, las familias de Lara, Morena y Brenda mantienen vivo su reclamo de justicia y memoria. El triple crimen de Florencio Varela se convirtió en un símbolo del horror y la impunidad que aún golpean al conurbano bonaerense.