Inflación en la mira: cuándo bajará del 2% y qué variables complican la caída
Los economistas prevén que la inflación recién perfore el 2% mensual a comienzos de 2026. Qué variables pueden acelerar o demorar el proceso y cuál es el rol del dólar, la emisión y los precios regulados.
Después de varios meses con una tendencia alcista, los analistas coinciden en que la inflación volverá a mostrar un número "con uno adelante" a inicios del 2026.
Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, noviembre cerraría en torno al 2,3% y diciembre del año próximo en 2,1%. A partir de enero de 2026 comenzaría la baja más marcada, con una proyección de 1,5% hacia mayo.
Detrás de este escenario aparece una condición clave: que se mantenga la calma cambiaria y repunte la demanda de pesos, todavía en niveles muy bajos.
La estacionalidad, los regulados y el dólar: el combo que define el ritmo
Para Lorenzo Sigaut Gravina (Equilibra), la estacionalidad juega un rol central: Enero y marzo suelen ser meses "pesados", lo que dificulta perforar el 2% antes de febrero.
Los precios regulados también agregan presión en el final del año, complicando una baja antes de 2026.
El economista ve más probable que febrero sea el punto de quiebre y proyecta que el segundo trimestre del año próximo podría consolidar inflaciones inferiores al 2%, siempre y cuando el dólar se mantenga estable y el Gobierno sostenga la disciplina fiscal y monetaria.
Política monetaria: por qué la emisión es el centro de la discusión
Aldo Abram (Libertad y Progreso) remarcó que el principal freno a la baja inflacionaria es monetario:
"La inflación va a seguir bajando sólo si disminuye, de manera permanente, la depreciación del peso. Y eso depende de reducir la emisión", explicó.
Según el economista, el Banco Central recuperó margen de maniobra gracias al aumento en la demanda de pesos, lo que ayuda a estabilizar la moneda. Con esta tendencia, la inflación podría perforar el 2% en los primeros meses de 2026 e incluso acercarse al 1% en el segundo semestre.
Desde PwC Argentina, José María Segura aportó un matiz: la baja será gradual mientras la demanda de dinero siga recomponiéndose y la política monetaria mantenga su sesgo prudente.
Qué esperan las consultoras y bancos internacionales
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LCG destacó que las menores expectativas de depreciación y la apertura importadora están conteniendo los costos, aunque advierte que la inflación de un dígito anual aún luce lejana.
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JP Morgan proyecta un IPC de 1,5% en el primer semestre de 2026 y 1,1% en el segundo, con un cierre anual cercano al 17%.
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Fundación Capital anticipa que la barrera del 2% no se romperá en 2025. Estima un IPC anual de 30,8% y señala que noviembre habría rondado el 2,5% por la suba de la carne y los regulados.
Qué puede acelerar -o trabar- la desinflación
Para los economistas, el sendero más probable dependerá de cuatro anclas fundamentales:
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estabilidad del tipo de cambio,
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calma financiera,
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disciplina fiscal,
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baja demanda interna.
Si estos factores se sostienen, la inercia inflacionaria podría empezar a moderarse de manera más firme en 2026, aunque las presiones salariales y los ajustes de precios relativos siguen siendo riesgos latentes.
Si estos factores se sostienen, la inercia inflacionaria podría empezar a moderarse de manera más firme en 2026, aunque las presiones salariales y los ajustes de precios relativos siguen siendo riesgos latentes.